La semana pasada vimos a Jesús en su experiencia por el desierto y como nos enseñó el camino de saber elegir bien para no caer en la tentación.
En esta segunda semana, seguimos intentando conocer, amar y seguir mejor a Jesús.
En el monte Tabor, antes de sufrir en la cruz, se transfigura delante de sus tres apóstoles preferidos (Santiago, Juan y Pedro), se les manifiesta como Dios con nosotros, que siempre nos escucha y acoge.
Jesús quiso enseñar a sus amigos que el final del camino no es la muerte, sino que resucitará. También Dios padre se manifestó diciéndoles "Este es mi hijo amado"